domingo, 10 de mayo de 2015

Repetir el crimen.


hace falta que el mundo se tambalee un poco para empezar a querer
(Gema Palacios)

Gema Palacios hace que el mundo se tambalee. En Compañeros del crimen (Paralelo Ediciones, 2014), nos convertimos en cómplices de sus crímenes. Pues, ¿no es el amor un crimen? ¿No deja siempre un cadáver manchado de sangre o de saliva, esperando que lo recojan o lo arrojen al mar? Siempre consciente del crimen, nunca víctima de él, Gema Palacios se enfrenta a las bestias que perderá sin perderlas, pues asumir el crimen es asumir la pérdida ya desde el principio. Y después, ¿por qué repetir el crimen, saben cómo va a terminar? Porque sabemos que contener la violencia es infinitamente más triste. Las palabras de Gema Palacios son como hormigas pequeñitas que van robando migas de pan, y otra miga, y otra, hasta conseguir apuntar hacia algo mucho más grande: la caricia de la hierba en la nuca, o los pies arrastrándose por el suelo frío y sucio de una cocina ajena por la mañana. Palabras que recortan la silueta de lo que es el cuerpo que ha dejado el crimen, amordazado y gritando. Palabras que cercan. Palabras-relieve que tambalean el mundo. Y provocan los crímenes que quedan por escribir.

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