lunes, 26 de mayo de 2014

sin medias, sin abrigo: cambios.

i.
Llegó abril y aquí no llevaban medias, ni abrigo. Veo las piernas de un blanco fulminante. Veo los ojos espantados por el viento. Pero sigue siendo invierno. Pero sigo alimentando a los gatos callejeros. En ingles no se puede decir la palabra sobremesa, no se puede pedir el café con leche muy quemado y en vaso de cristal. Quizás si no lo puedes decir te olvidas de ello. De cómo sabe. De cómo funciona.  En inglés, los vientos no tienen nombre. Verano en Escocia: quince grados bajo un sol muy pálido y esperar la noche que nunca llega. El invierno es una enfermedad.

ii.
Se acaban proyectos y empiezan otros nuevos. Se acaba mi columna en Tribuna de Ávila (este jueves saldrá la última) pero empiezan nuevas ilusiones. Han sido dos años preciosos dedicados a hablar de lo que más me gusta–la literatura– que agradezco que hayáis compartido conmigo. He aquí una muestra de lo que llega:
~Réquiem por Lolita (Fundación Málaga, 2014): preciosa antología joven de poesía española. Almudena Vega recopila los primeros pasos de poetas que acaban de echar a andar.
~Obituario #14: Emily Dickinson: una gran revista dedicada a una gran poeta.
~Rain Press Edinburgh: un colectivo autogestionado recién nacido con sede en Edimburgo.
(Y más.)

iii.
Y por último, una pequeña recomendación: La Plaquette, librería online con tienda física en Logroño donde la selección es de lo más diversa y diferente de las grandes librerías. Se especializa en poesía de editoriales independientes. Porque se necesitan más proyectos así.

viernes, 9 de mayo de 2014

Durness.


Hands are unbearably beautiful.
They hold on to things. They let things go.
(Mary Ruefle)

He llegado al fin. Y cuanto más desolado el paisaje, más me gusta. Y cuanto más inhóspito, menos importa el grito. El paisaje desolado y las señales aisladas que dicen: usted está aquí. Todas las cosas que dijiste siguen allí. Arañando el viento. Arañando el bordillo. Cómo ibas a apagar la luz sin luz. Todo lo que no podía perderse, decía yo, toda la magia, sólo era un truco de prestidigitador
que ahora repites de memoria
chasqueando los dedos de la mano.

miércoles, 7 de mayo de 2014

El joven enfermo.


–La muerte es el silencio.
(Alejandro Morellón)

extraño la cama, extraño esta ciudad,
extraño tu cara.
Es decir
se me hace extraño no dormir en la ciudad, o
no me acuerdo exactamente de tu cara.
(Yasmín C. Moreno)


un cuerpo arrastrando
piel boca abajo

que se abre en canal

como dos brazos
mecen
un cuchillo latiendo
(María Mercromina)

¿Es la juventud la que nos hace estar enfermos o la que nos salva de la enfermedad? ¿Y de qué valdrá la enfermedad en un futuro, o en un presente? ¿Por qué la obsesión con la enfermedad y con el futuro? ¿Es ser joven una enfermedad que marca y distrae? La poesía joven en ocasiones se valora como un adelanto "de lo que está por venir", en vez de valorarla por lo que es, y lo que es ahora, en este instante en el que los jóvenes tienen algo que decir: aquí, ahora. La noche en que caemos (Éolas, 2013), de Alejandro Morellón  retrata a personajes insomnes, a personajes que duermen toda la vida, a personajes sin hogar, en suma, a personajes que buscan una identidad perdida o tal vez inexistentes. El miedo al amor y la falta de contacto con la realidad son algunos de los síntomas que se transforman en enfermedades con consecuencias para su integridad física. En El beneficio de la enfermedad (Ártese quién pueda, 2013), Yasmín C. Moreno se pregunta: ¿Es esto la salud,/ excitarse/ mirándose al/ espejo? Se trata de querer hacer daño. Querer hacerse daño. Buscar la agencia, y perderse a una misma en el camino: adónde se fue toda esa parte de yo mientras adelgazaba./ y luego// adónde se fueron los huesos El hastío y la repetición se repiten como causas de esta enfermedad invisible que los transita: Un continuo recrear la infancia.// El resto.// En eso se basaba la vida. Apuestas (La Bella Varsovia, 2014) colecciona los más diversos miedos y patologías, bien recibidas como una herencia o imagen del mundo exterior, bien replicadas a voluntad (consciente o inconscientemente): Aludía a la simbología del cántaro roto.// Me rompía todo lo que puede romperse/ la inmensidad del mar en las rocas. (Sandra Martínez) Exalta la búsqueda de ficciones, pues sabemos que aún el cuerpo inmaculado parece un jueguete al llegar al mundo: Mi cuerpo es de mentira porque ahora mismo/ está sin pintar. (María López Pousa) E incluso propone posibles soluciones: Renacer, renacer, renacer, renacer,/ pero no humana. (Belén Benito) Significa llegar. Significa abrirse. Aceptar el reto; enfermar y no morir.

lunes, 5 de mayo de 2014

Donde empezamos, llovió.


¿Qué temblor te da más miedo?
El temblor de las manos.
¿Por qué te da miedo?
Porque es el que está más cerca.
¿Cómo te da miedo?
Así. Mira. Así.
¿Cuándo está más cerca?
Ahora.
¿Dónde?
Aquí: Mira cómo tiemblan.