domingo, 14 de abril de 2013

lunes, 8 de abril de 2013

Recibo esta sal en mis manos.

(Imagen: Musa Ammalata de Luna Miguel)

Pain is a flower like that one.
like this one,
like that one,
like this one.
(Robert Creely)

La tumba del marinero (La Bella Varsovia, 2013) no es una enfermedad, no; no el dolor, no. Todos los dolores –este, ese, aquel– se parecen como flores perfectas que crecen en un campo. Sí una crónica. Sí un entierro de los vivos: cada momento es un entierro. Un regreso a la épica homérica de la infancia sin la quietud que habita la infancia. Un canto a la destrucción, a la erosión: Todos elegimos la destrucción, dice su autora. Todos, pero de distinta forma. Lo que importa es cómo se lleve a cabo, esa guía pautada que aparece, por ejemplo, en "Anatomía": Aprende a cortar. Aprende a desnudarte desnuda. Esa guía del llanto que aparece en La tumba del marinero de Luna Miguel. Una guía a ciegas sobre hacerse mayores. De cómo podemos jugar sin ser desconocidos. De cómo ser feliz y estar triste. De cómo crecer si no sabemos hacia dónde. Hacia cómo. Con el terror de no saber y de no querer saber. De querer saber y de querer no poder saber. Cuando el mundo deja de ser el único que hace daño y empezamos a hacerlo nosotros con él. Cuál es la parte de nuestra infancia que nos queda. La parte que nos hace. La parte que nos crece. El corazón es una tumba que colecciona cadáveres. La tumba es la muerte del día a día. La muerte es el sabor de la medicina. Para qué es el vacío, dice Robert Creely, sino para llenar, llenar.

sábado, 6 de abril de 2013

El frío es una historia.


Para R. y M.
Lo único que no sabe bien en Varsovia es el agua.

Varsovia es una ciudad con mujeres de manos jóvenes y cara vieja. Varsovia es una ciudad habitada en el transporte público y los subterráneos. No se puede caminar por fuera. Varsovia son los pájaros de Hitchcock. Varsovia es una ciudad inmensa y reconstruida. Varsovia es una ciudad de manos jóvenes y cara vieja.

Varsovia es una ciudad precaria.

La precariedad es una casa que tiembla. 

La precariedad es un corazón que tiembla, lleno de vida. La precariedad son dos personas que se quieren. La precariedad: el suelo que cruje bajo mis pies. La precariedad: llevar tres capas de ropa y seguir desnuda.

Pregúntame dónde moriré y le restaré importancia. Pregúntame con quién moriré, y te diré que tengo frío. Te diré que tengo nieve.

Me enseñaste que huir no te hace ser diferente. Me inventaste una ciudad para que huyera. Me inventaste una ciudad donde conocer gente nueva, de manos pequeñas y ojos tristes. Gente vieja. Me inventaste una ciudad en la que no sabe bien el agua. Te diré que tengo sed. Me dirás, filtro en la mano. Me dirás si quiero agua.

Lo único que no sabe bien en Varsovia es el agua, por eso tenemos que filtrarla.