jueves, 27 de septiembre de 2012

La ciudad es un gato salvaje.



# El 1 de octubre se publicará en formato digital (en principio) la antología Cuaderno de vuelo, una mezcla de poesía e ilustración con los pájaros como tema vertebrador en el que participo junto a otros autores que leo y admiro, coordinada por la polifacéitca Dara Scully (click aquí para ver la lista de autores). La imagen superior es la contraportada del libro y ha sido hecha por Lady Desidia.

# Mañana jueves 26 de septiembre estaré leyendo en el Palacio de los Serrano en Ávila, a las 20:30, en el recital que lleva por título "Mística y Ciudad" dentro del Festival Mistycalle.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

yo también vivo aquí: donde el cielo sólo crece.



el cielo cerca debería
llamarse (...) y el dolor
intransitivo, aunque la pena no.
(Olvido García Valdés)

Sobre no necesitar (Homenaje a Teresa)

i
Esta ciudad no existe:
son los padres, y como tales,
tenemos derecho a reclamar su existencia.

¿Otra vez?
Sí, sí.
Siempre niegas
lo que es real.

Como ella. Como esto.
Como el lugar donde el cielo
crecía cerca.

Ella se quitó las zapatillas
llenas de arena
y vació el viento

mientras decía adiós, adiós
adiós a las murallas––
eso cuentan.

No era en realidad la despedida:
los pies descalzos eran
los nuevos zapatos
para el viaje,

la arena, umbral para entrar
con los pies sucios,
ondeando el comienzo
y la bienvenida.

ii
¿Y tú quién eres?, me dijo.
Teresa, soy Teresa, ¿y tú?

No entiendes la poesía, me dijo.
Amarse no significa amar a los demás.

Dijeron que ibas a morir
sin haber vuelto a casa.

Yo no hablo con el cielo;
hablo con las promesas.

iii
Aquí, donde el cielo sólo crece,
donde nunca para de crecer.

Ahí están mis zapatos.

(Emily Roberts)

martes, 18 de septiembre de 2012

Raúl Vacas: El peso del amor.


Porque jamás voy a quererte
como lo hice un día
cuando el amor era la única certeza.


La muerte como única certeza.

Y cuando digo amor, quiero decir muerte. La muerte del amor o su principio, donde también muere algo. Donde siempre muere algo para que nazca ese amor, enfermizo y desmedido como fumar un cigarrillo detrás de otro. O cualquier otra excusa: La noche es una excusa / como cualquier otra. De eso trata la excusa o la señal. La señal: la marca en el músculo; el ruego. Dime que el amor es sólo un músculo. El amor es sólo una excusa para sentirse solo. El amor nos hace bárbaros. El amor corrompe. La soledad del bárbaro es, tal vez, / la más secreta de las soledades. Porque Detrás de tu mentira / está tu rostro y, ¿no somos lo que amamos? ¿No somos lo que decimos? ¿Decimos lo que amamos? ¿Alguna vez decimos cómo vamos a movernos?

No morirás, tampoco soñarás
tu muerte. Caminarás por la nieve
que sobró de octubre. Te marcharás
con el propósito de amar intacto,

lejos de mí

La muerte está dentro de uno, concluye.

Gracias, Raúl, por seguir creyendo en los naufragios.

(Todas las citas en cursiva, excepto la segunda, pertenecen a Señal, de Raúl Vacas, editado en Mundanalrüido, 2010, con ilustraciones de Sara Morante. 
La segunda cita pertenece a Confieso que he fumado, Ediciones De Vacas y Castaño, 2007. 
Y el "Poema para ser leído en un espejo" de la fotografía pertenece a El calor de los labios a solas, Ediciones De Vacas y Castaño, 2009.)

miércoles, 12 de septiembre de 2012

convertirse en animal doméstico.


¿Vas a quedarte? Sí, voy a quedarme. Donde el animal no duerme. Donde las costillas no duelen. Donde la caricia consiste en haber acariciado. ¿Vas a quedarte? Sí, voy a morir aquí. Moriría de no ser por el mundo. En otras ciudades, decir poesía es decir algo frágil. Aquí la poesía consiste en cavar meteoritos en el cielo.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

la habitación con vistas.


No duelen las encías 
si se ama, leyó.
(Olvido García Valdés)

Recuerdo que en una ocasión le hablé a Charlotte de un pueblo del Orinoco en el que el primer compañero sexual de una niña practicaba un corte ritual en la parte interna del muslo de la chica. El objetivo era marcar a la hembra con el tótem del macho. Charlotte no veía nada de extraordinario en este ritual.
–Más o menos eso es lo que sucede en todos los sitios, ¿no? –dijo.– Alguien te corta donde no pueda verse.
(Joan Didion)

domingo, 2 de septiembre de 2012

Esperaba a los bárbaros.


¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
(Constantino Kavafis)

No me importa la rodilla que sangra: 
dibuja un mapa 
hacia la ciudad perdida.
Vine aquí esperar a los bárbaros.

No nos importa el verano en cenizas: 
si hubo incendio, 
hubo fuego; 
pasó. Pasaron. 

Tras huir de la sala del Guernica 
él lo devoraba todo, 
a su paso devoraba todo -sí, sí–, 

y yo estaba allí
en el momento indicado:
siempre corriendo,
siempre muriendo.

Esperaba a los bárbaros:
que lo que tenga que caer, caiga ya,
y lo que sobreviva al ejército nos guíe
hasta la próxima batalla

cuando vuelvan los bárbaros.