jueves, 24 de noviembre de 2011

Sólo los adolescentes escriben poesía.




1
Resaca de amor adolescente. O de poesía. De pérdida, en todo caso. Despertarte una mañana, restregarte y los ojos, ver la luz del mediodía entrando por la ventana y saber... ¿Saber qué? Que ya no está allí.

2
Mi materia es la pérdida, escribe Berta García Faet en su libro Fresa y Herida. Quizá la pérdida sea atreverse ser vulnerable. Pero ¿frágil? / ¿Dices frágil? / Nunca paras. Nunca paras. No, no frágil, sino vulnerable. ¿Qué es ser vulnerable? Mostrar la herida. Convertirla en fresa. O viceversa. Ser vulnerable es asumir que Hoy está todo claro: / el amor lo ve todo muy bello, o preguntar: ¿Nos vamos a París? ¿Nos vamos a París? O prometer: Me casaré contigo. Verás. Me casaré contigo. No somos frágiles porque no paramos. Aunque a veces paremos de escribir: sabemos por qué (esperamos la pérdida). Porque coleccionamos deseos y documentos. Deseos y acumulación. De deseos. De la sed que no se apaga con nombrarla. (Pero / decir distimia no la suprime, / decir océano no lo suprime.) Invocación; ritual; sacrificio: poema.

3
El primer poema lo escribió un adolescente. Un adolescente, además, inseguro e insatisfecho que se cuestionaba a sí mismo. Un adolescente que podría ser cualquiera, un adolescente expuesto y a la defensiva que cobra voz en los poemas de Berta:

Os preguntáis,
¿cómo se engendra un poema?
Yo os lo diré,
pero no me peguéis:
(…)


Berta describe, como el proceso de una historia de amor adolescente (ridícula e intensa; ridícula y plena; sin fin y sin sentido; que no entiende de horas ni de distancias), las calamidades del poeta enfrentándose a la palabra, cortejando a la palabra (o ligando con ella), invitando a la palabra a salir, a tomar algo, a pasar un tiempo juntos. El adolescente hace las preguntas de rigor. El adolescente enamorado, después, con su imagen idílica en su cabeza, hace otras preguntas. Preguntas a las que no sabe poner palabras. Preguntas a las que las palabras no dan respuesta. Con la poesía el adolescente siente una especie de encaprichamiento idealista e inmediato, y después… Después viene la realidad:

Te sientes mal (lo típico).
(…)
(Porque te acuerdas
de cuando te abandonaron a ti).


Y después, la incomunicación y el abandono. ¿Y vuelta a empezar? El fin de un viaje, el principio de otro. Heridas o insignias. Heridas o precipicios. Berta lo sabe, y nos lo cuenta:

Este es el proceso. En síntesis:
saludos, y actos de amor,
actos crueles, y despedidas.


4
¿Cuando las personas dejan de ser vulnerables, está la poesía condenada a morir? ¿Renacerá de otra manera, más cínica más fugaz? ¿O es la poesía un afán siempre adolescente de mirarnos en un espejo, encapricharnos y no ver nada? La pérdida de la poesía, ¿es también materia para la pérdida? ¿Qué pérdida da más miedo? (La que nos enferma, entendiendo por enfermedad lo que nos aparta de la vida.) ¿Qué enfermedad inspira más miedo: la calma o la locura? ¿Acaba siendo la locura un síntoma más de la vulgaridad?

Temo desde entonces los brotes de amor leproso
que descomponen todo y luego se borran;
que surgen como en una guerra, heroicos y marginales,
y mueren como se muere todo: vulgarmente.


El idilio con la poesía, y la ruptura, y la vuelta. El miedo a esta. O su deseo.


*Todas las citas en cursiva están tomadas de Fresa y herida (Ayuntamiento de León, 2011), propiedad de Berta García Faet.

viernes, 18 de noviembre de 2011

la caída de roma.

Je ziet er niets van en ook niet besmettelijk.
Maar... uw leeftijd, zegt u, twintig?


~

No puedes verlo venir, ni tampoco contagiarte.
Pero... ¿cuántos años dijiste que tienes, veinte?


(Anne Vegter, poeta holandesa, 1958, del poema "Personal Message")


O: sólo hablar de lo que haces y no de lo que puedes decir. La pérdida del idioma. La pérdida del desencanto. Montar de noche en bicicleta. Montar la noche o. La pérdida del frío, o del amor, o del misterio, o de la soledad. Los idiomas son algo pasajero y las palabras intentan atrapar la música. Congelar la música. Traducir la música. Dejar de ser alguien. Dibujar los contornos, tan distintos. La niebla que corta. Lo imposible.


+

lunes, 14 de noviembre de 2011

o citar en lugar de decir: ahora, el instante.



Lippen branden van verlangen naar het zilte van de jouwe
De wind maakt ruimte en in vrijheid kan ik van je houden