domingo, 30 de enero de 2011

la joven Dolores.









O cómo cumplir un sueño. Una lucha continua. Un montón de canciones en el bolsillo. Una bella sonrisa siempre en el rostro.

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sábado, 29 de enero de 2011

pájaros o aves (el canto).



Estar sin ti es esto
Ser pájaro sin aliento -te amo
Porque esto debe decir la canción
Y de hecho lo único que dice
Un tren
Me lleva un tren a alguna parte


(Maite Dono)

viernes, 28 de enero de 2011

los distintos idiomas.



I who know nothing about endings.
I who am always at the beginning of everything.
Even as our being together
always feels like beginning.
Not just the beginning of our knowing each other,
but the beginning of reality itself.

(Lee Young Lee)


Los libros de Luna. Té rojo. Los deberes del taller. Los apuntes de literatura. Traducir o traicionar. Los comienzos. Los comienzos que parecen finales o que nunca dejan de parecer comienzos. Los idiomas que nos acercan o nos separan aún más. Té frío. La vida desde detrás del escaparate. El anhelo.

jueves, 27 de enero de 2011

ciudad universitaria.



la belleza es un mundo traicionado.
(Milan Kundera, La insoportable levedad del ser)


La traición. Traicionar las normas. Traicionar el mundo. Traicionarse a uno mismo. La juventud como enfermedad. Y después, otra. La lluvia emborrona los días. Los labios cortados. El viento rompe el pecho. Mis labios rompen el viento. Silencio.



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domingo, 23 de enero de 2011

Anne Michaels o la geología de la memoria.



Si el amor te elige, de repente tu pasado se convierte
en una ciencia obsoleta. Mapas viejos,
teorías refutadas, un diorama.


(Anne Michaels)


Anne Michaels (Toronto, 1958) es arqueóloga, es decir, poeta. Sus delicados poemas se han ido perfeccionando desde Miner's Pond y El peso de las naranjas hasta hallar la solución al dilema: bucear en la piel. En su último libro, Buceadores de la piel (1999), ya no cree que la memoria esté dispuesta como capas sedimentadas sobre la tierra: la memoria está en la piel. La memoria es el cuerpo mismo, cambiante y voluble de un instante a otro. Tocar un cuerpo es atravesar una memoria, mil memorias, agitarlas y tal vez, modificarlas para siempre. Porque para Anne Michaels, el amor nos hace olvidar. El amor nos condena y nos abandona a un nuevo abismo, a una nueva mirada, a borrar todo el pasado, o a recordarlo como algo ajeno y muy lejano. el amor es una mancha -más resistente que la turba o el mar-/ ablandando lo que absorbe, dice. El amor es una marca. Una herida. Una cicatriz rosada. Corazón estriado. La tragedia de vivir. La tragedia de bajar la guardia. Anne Michaels, una de mis poetas favoritas. La poesía que nos acompaña mientras seguimos buceando, aunque a veces nos falte el aire, aunque a veces no encontremos la superficie. Bucear, bucear. Seguir nadando.


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viernes, 21 de enero de 2011

la levedad o el peso.

Agarrar una mano es como aferrarse al borde de un precipicio.

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sábado, 15 de enero de 2011

Contingencia.

Tres cosas le encantaban a él:
los pavos reales blancos,
las oraciones vespertinas,
y los mapas desteñidos de América.

(Anna Ajmátova)*



Le gustaban las cosas
contingentes:
aquellas que
bien podían
ser
o desaparecer.

El frío al salir a la calle,
la espuma del café,
las ciudades,
los pintalabios,
los amantes,
el invierno,
los besos.

No le gustaba dormir
ni beber leche,
llevar abrigo,
ni los insectos, los terremotos o las
inundaciones.

Le gustaba aquello que,
cuando se va,
nadie pregunta
cómo,
adónde,
ni por qué.

(Emily Roberts)

* traducción del ruso de Natalia Litvinova.

viernes, 14 de enero de 2011

shaking hands.

Hay ciudades que uno no volverá a ver.

(Joseph Brodsky)


Existe una ciudad diferente para cada mujer que he sido (soy) (seré). Una ciudad distinta para una persona distinta. Cambiar el nombre, cambiar el rostro, cambiar la piel. La piel amada o hecha trizas. La piel vendida, o cosida al corazón. Las calles, como caras que se dan la vuelta y se ponen antifaces, haciéndonos olvidar que ya antes estuvimos allí (porque, tal vez, éramos otros). Intentar reencontrarse en el lugar. Intentar volver al momento exacto, regresar transportado por la luz vacía de las farolas. Es ella (la ciudad) quien se disfraza y confunde, contradiciendo la memoria.


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lunes, 10 de enero de 2011

it's the end of the world (as you know it).

(R.E.M.)





Ahora hace tiempo que me ahogué. Yazgo hinchado sobre
el fondo.
Los peces viven dentro de mí. El mar se está agotando.

(Bertolt Brecht)


Si la ciudad te ha atrapado: demasiado tarde. Si la ciudad te ha herido: demasiado tarde. Y aunque vueles, o persigas a los pájaros en desbandada, siempre lo llevarás a todas partes.


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sábado, 8 de enero de 2011

veinte.

¿Cómo se vive en un abismo sin profundidad amor mío?
(Marina Tsvetáieva)



Hoy cumplo veinte años y aún no sé
cómo querer,
cómo amar
o dejar de hacerlo
y llorar la muerte
de los desaparecidos.

Cumplo veinte años y
todavía soy una niña
que juega a ser mayor
que desconoce
el significado de sus piernas
o qué decir
cuando callo.

Cumplo veinte años
y me siento
más vieja
gastada
ignorante
sedienta.

Cumplir veinte años.



(Mercedes F. Laguna)



No acababa de hacerme a la idea de que ella cumpliera veinte años. Me daba la impresión de que lo normal sería que, tanto ella como yo, viviéramos eternamente entre los dieciocho y diecinueve años. Después de los dieciocho, cumplir diecinueve; después de los diecinueve, cumplir otra vez dieciocho. Eso sí tendría sentido. Pero ella había cumplido veinte años.

(Haruki Murakami, Tokio Blues)


Para los diecinueve, una canción. Para los veinte, un poema.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue


(Alejandra Pizarnik)



Soy vieja.

jueves, 6 de enero de 2011

adiós adolescencia.



(Fotografía de Mercedes F. Laguna.)



Yo quiero servirte
Al igual que otros,
Con la boca sedienta
Hechizarte de celos.
La palabra no me apacigua
Los labios resecos
Y sin ti otra vez
El aire vacío es espeso.

Ya no siento celos
Pero te deseo
Y yo mismo me cargo
Como un verdugo a su víctima.
No te nombraré
Ni el amor, ni el gozo,
Me cambiaron la sangre
Por una más salvaje y ajena.


(Osip Mandelstam)


Volver a la ciudad de la otra vida. Vida ficticia o más real. Percepción o espejismo. Cometer las últimas locuras de la última adolescencia. Me regalan poetas suicidas. Me regalan cantos, y ceniza. Dicen: te gustan las poetas muertas. Dicen: te gustan las poetas suicidas. Pero las poetas hoy no se suicidan. Las poetas de hoy comen roscón de Reyes y van a conciertos y restaurantes y beben en bares de Malasaña y salen a correr. Quizás nos quede el pelo largo y el maquillaje en los ojos y los labios tibios. Pero aunque muera mi adolescencia, yo quiero seguir viviendo. Quiero hacerme vieja y escribir y amar y sufrir y desgastarme, hasta que los huesos lo aguanten. Vivir y morir mil vidas distintas. La vida de Madriz. El abismo. Agujero negro. El último canto de mi adolescencia muerta.


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el síndrome de stendhal.





Unos van por un sendero recto,
Otros caminan en círculo,
Añoran el regreso a la casa paterna
Y esperan a la amiga de otros tiempos.
Mi camino, en cambio, no es ni recto, ni curvo,
Llevo conmigo el infortunio,
Voy hacia nunca, hacia ninguna parte,
Como un tren sobre el abismo.


(Anna Ajmátova)


Invertarnos dónde perdernos o dónde echarnos de menos. Echarle la culpa al mar o al invierno. A la velocidad de las autopistas. Al cansancio y la sed. Vuelvo hacia el abismo: ya tengo mi billete.


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escribir un diario.



Escribir: es lo único que llenaba mi vida y la hechizaba. Lo he hecho. La escritura nunca me ha abandonado.
(Marguerite Duras, Escribir)

El lenguaje no es la verdad. Es nuestra manera de existir en el universo.
(Paul Auster, La invención de la soledad)


Escribir como forma de estar en el mundo. Como necesidad. Yo no sé hablar, sólo escribir. Por eso necesito dejar algún testimonio de que he estado aquí. Por eso escribo diarios. Para todos. Para nadie. Cuadernos viejos que se apilan en un rincón y que nadie leerá. Memorias de la infancia. De la adolescencia. Memorias de mis viajes y de mi vida en la ciudad sin mar, ni nieve, ni niebla: en la ciudad que me tiene atrapada y que amaré hasta que me destruya. Memorias y frases hiladas sin ningún sentido, escritas sin ningún pudor, para poder revivir a aquella que un día fui y que ya no soy. De la que ya no volveré a ser. De la que ya no recuerdo. Escribirme a mí misma antes de que el tiempo me borre de mi propia memoria. Pasión inútil donde las haya.


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domingo, 2 de enero de 2011

luciérnagas.



¿Te acordás de la última vez que creímos poder iluminar
la noche?

El tiempo nos ha vaciado de fulgor.
Pero la oscuridad
Sigue poblada de luciérnagas.


(Gioconda Belli)


Empezar el año descubriendo poetas. Encendiendo pequeñas luciérnagas que alumbren nuestro camino durante el viaje. No son luciérnagas-guía; no nos dicen qué debemos hacer ni qué va a pasar, pero estarán ahí para acompañarnos en el viaje, para cuando tropecemos o nos hundamos, para llegar al éxtasis con nosotros. Y todo lo que nos queda por vivir. Empezar el año y desear (aunque el deseo haga daño) (aunque el deseo destruya y pique y pueda ser molesto). Los nuevos proyectos, los nuevos poemas, y viajes, y novelas: aún todo por escribir. Y desear, desear con las manos llenas y el corazón drogado.


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